He rozado apenas tu piel
fundiéndome tanto en ella
que tu tacto morirá en mis dedos
sólo cuando yo muera.
"Nunca es tarde para escribir un poema" (T.L.)
Esas fueron sus palabras y desde entonces las he puesto en práctica cada vez que he necesitado respirar algo que no fuese simple aire, siempre que el alma se me ha escapado en cada aliento.
.
.
.
.
.
.
.
.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 Comentarios:
Estás acertadísima en transmitir emociones. Fíjate que probablemente, la piel tenga más memoria que el cerebro.
Un besazo, Kit, que también yo me siento como en casa cuando entro a leerte.
Creo que esa sensación tan "eterna" merecería la oportunidad de un roce más intenso ¿no? Que así sea.
Un abrazo.
Publicar un comentario