Si alguna noche un hada
viene a concederme un deseo,
que tus manos sean aves
y aniden entre mi pelo.
"Nunca es tarde para escribir un poema" (T.L.)
Esas fueron sus palabras y desde entonces las he puesto en práctica cada vez que he necesitado respirar algo que no fuese simple aire, siempre que el alma se me ha escapado en cada aliento.
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