No sé,
es posible que deba llamarte,
quizá debería decirte que llueve,
que es de noche y hace frío,
que la luna es azul y enorme
y me mira.
Acaso debiera contarte
que apenas dan luz las farolas,
que no pasan coches por la calle,
y sólo se oye el agua en los tejados
gota a gota.
Ciertamente
es probable que sean excusas
para explicarte por qué sigo despierta
y que no me importa la luna, ni la lluvia,
ni los coches, ni el frío, ni las calles
pero me cuesta dormir sabiendo
cuanto te echo de menos.
Incluso en estos tiempos
veloces como un Cadillac sin frenos,
todos los días tienen un minuto
en que cierro los ojos y disfruto
echándote de menos.
veloces como un Cadillac sin frenos,
todos los días tienen un minuto
en que cierro los ojos y disfruto
echándote de menos.
Joaquín Sabina
Me encantara leer tu comentario
Publicar un comentario