Te oigo,
no estás pero te oigo,
no añoro más que tu voz.
Me falta esa única caricia
lenta y vibrante,
ese roce suave en el oído,
por debajo de la piel.
Pero te oigo,
quizá porque aún llevo puesto
tu sonido
que me viste, me tatúa,
que rellena cada poro
y en la distancia, te oigo.
"Nunca es tarde para escribir un poema" (T.L.)
Esas fueron sus palabras y desde entonces las he puesto en práctica cada vez que he necesitado respirar algo que no fuese simple aire, siempre que el alma se me ha escapado en cada aliento.
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viernes, 18 de julio de 2008
Sonidos
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1 Comentario:
al igual que hay aromas que nos acompañan...
tambien hay sonidos que no se van nunca... y que están tan claros en nuestra cabeza, retumban en nuestros oídos como el primer día...
voces queridassss
uf, hoy es un día duro para mí
un beso
embruxo
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