Faros de distancia abierta,
distancia blanca, de nubes
la ventana convertida en espejo,
inútil reflejo de horizonte
para una Alicia desangelada
que busca la puerta diminuta
por donde apenas caben los sueños
«El tiempo -le dice el Sombrerero a Alicia- se ha detenido para siempre en las seis... Aquí estamos siempre en la hora del té.»
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