Yo te diré
cómo se hace una cuna
entre mi pecho y mis brazos.
Te enseñaré
que hablamos el mismo idioma
si permanecemos callados.
"Nunca es tarde para escribir un poema" (T.L.)
Esas fueron sus palabras y desde entonces las he puesto en práctica cada vez que he necesitado respirar algo que no fuese simple aire, siempre que el alma se me ha escapado en cada aliento.
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