Cambiando el rumbo de las risas
por la senda del aliento y la ternura
el alma se rinde al conjuro de las manos,
a la pócima secreta de los labios
y al eco del deseo de tu magia.
Hoy me han despertado las palabras
hechizo envuelto en fresas dulces
escrito con la tinta cálida
del sabor de la esencia de tu risa
y la promesa del sol en la mirada.
"Nunca es tarde para escribir un poema" (T.L.)
Esas fueron sus palabras y desde entonces las he puesto en práctica cada vez que he necesitado respirar algo que no fuese simple aire, siempre que el alma se me ha escapado en cada aliento.
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sábado, 23 de febrero de 2008
Conjuro
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