El faro reina en el mundo,
haciendo sombra a la luna.
Muerden las olas la roca,
la desgastan
en un contínuo estruendo.
Hay un crujido inaudible
de arena fresca y pies descalzos,
olor de amantes, de vino y fresas
espeso como el aire
en que se enredan.
Y un rumor de caderas y labios
y deseos
se impone sobre cualquier eco.
Reposo de alientos y manos
antes de emprender el vuelo.
"Nunca es tarde para escribir un poema" (T.L.)
Esas fueron sus palabras y desde entonces las he puesto en práctica cada vez que he necesitado respirar algo que no fuese simple aire, siempre que el alma se me ha escapado en cada aliento.
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viernes, 21 de marzo de 2008
Reposo (Itinerario V)
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