La tarde vive en febrero
robándonos a los faros
que hieren la noche,
mintiéndole al viento
que huye entre bufandas y portales.
Ante el fuego que es refugio
se diluyen las esperas
y va naciendo la calma
apoyándose en el hombro
del tamiz con que se filtran los deseos.
Se hace de noche en febrero.
Fuera, en la calle,
dicen que hiela.
robándonos a los faros
que hieren la noche,
mintiéndole al viento
que huye entre bufandas y portales.
Ante el fuego que es refugio
se diluyen las esperas
y va naciendo la calma
apoyándose en el hombro
del tamiz con que se filtran los deseos.
Se hace de noche en febrero.
Fuera, en la calle,
dicen que hiela.
"La tarde pidiendo amor"
(Nicolás Guillén)