"Nunca es tarde para escribir un poema" (T.L.)

Esas fueron sus palabras y desde entonces las he puesto en práctica cada vez que he necesitado respirar algo que no fuese simple aire, siempre que el alma se me ha escapado en cada aliento.
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martes, 10 de noviembre de 2009

En tu vuelo

Al atardecer te veo,
se ensortijan las sombras
en el vuelo,
en el tenue murmullo
de las voces de la calle.
He visto la puerta,
conozco así mi destino,
la certeza
que diluye la grisura
de la espera.


Cuando Salinas le habla a una mujer, le está hablando a todo lo que ella le da a ver, a todo lo que nace a partir de ella por el solo hecho de ceder o negarse a su pasión.
Cátulo y Dylan, Thomas y Cesare Pavese y Paul Éluard lo supieron mejor que los dómines de turno.
Alguna noche de vino y de hierbas fumables, con The Soft Machine o John Coltrane afelpando el aire de reconciliación y contacto, lean en voz alta los poemas de Salinas, dibujen en un oído cegado por la tinta de imprenta ese árbol de poesía que Rilke sintió en el canto de Orfeo.
Julio Cortázar
París, 1970
Prólogo a una Antología de Salinas