Acabas de irte y ya suena el eco
de tu ausencia en mis paredes,
ya ha perdido el aire su aroma,
su espeso y dulce tacto dorado.
Acabas de irte hacia la noche,
cabalgas en tu espectro de distancia,
te llevas el calor entre las manos,
en los labios el sabor de mi esperanza.
Acabas de irte, amor, y yo te extraño
y rezo en mi altar de seda azul,
sabiendo que es mi alma el que se inmola
al dios de las esferas de cristal.
Aún eres mío, porque no te tuve.
Cuánto tardan, sin ti,
las olas en pasar...
(Antonio Gala)
(Antonio Gala)