Los tatuajes duelen
como todo lo que se pretende eterno.
Prefiero no llenar todo tu espacio
y ocupar el minuto que dura un poema.
Prefiero no haber aprendido a ser sinfonía
y bailar a tu lado el vals del deseo.
Prefiero no ser tu abrigo de invierno
y que me necesites cuando sopla el viento.
Prefiero que el ruido no sea compañía
y que me recerdes cuando reine el silencio.
Prefiero dibujarte mi nombre a diario,
para que nunca llegue a ajarlo el tiempo.
"Antes de tres lunas volveré por ti,